Desde el Forum los padres con hijos gay a las comunidades cristianas: «No nos dejéis solos»
Artículo de Luciano Moia, enviado al Forum dei Cristiani LGBT de Albano Laziale, publicado en el periódico católico Avvenire el 9 de octubre de 2018, pag.19, traducción del texto italiano de Carola
En Albano (Italia), las historias de madres y padres obligados a esconderse después de la “salida del armario” de sus hijos. «Pedimos poder ofrecer a la Iglesia nuestros compromiso y disponibilidad». A las decenas de padres cristianos con hijos homosexuales que vinieron a escucharlo, el obispo de Albano (y Secretario del Consejo de Cardenales), Marcello Semeraro, recordó la belleza de una generatividad que puede acoger incluso en situaciones complejas, inesperadas, a veces difíciles. Cuando un hijo homosexual expresa su orientación – saliendo del armario – los padres que lo acogen y lo tranquilizan con su afecto “realizan un acto generativo y regenerativo“.
De la misma manera, explicó Semeraro, la Iglesia puede verdaderamente decir que ama a un hijo suyo “cuando lo tiene en sus brazos“. ¿Pero esto siempre sucede realmente? ¿Qué sucede en una familia cuando un hijo, una hija, cuenta su malestar? ¿Y cuál es el “promedio” de acogida en las comunidades cristianas hacia las personas LGBT?
Los testimonios de los padres resaltan situaciones que son todo menos obvias, en las cuales, junto con algunas realidades acogedoras, hay muchas experiencias de sufrimiento, años de escondimiento, largas esperas, preguntas angustiosas, experiencias entrelazadas con temor y preocupación por el futuro de los hijos. Nada que ver con vulgaridades o desfiles al estilo del orgullo gay, como alguien había tachado de manera inapropiada el Foro del Albano Laziale.
Durante los intensos días del encuentro, coordinados bajo el aspecto pastoral por el Padre Pino Piva, jesuita, punto de referencia para la formación de los operadores de acompañamientos ignacianos, oramos y discutímos, compartimos experiencias y documentos. En todas partes, un clima de compostura y sobriedad, en consonancia con la naturaleza problemática de una situación en la que las preguntas, incluso desde un punto de vista humano, pastoral y teológico, son ciertamente más numerosas que las respuestas.
Incluso en los grupos en los que las madres y los padres tuvieron la oportunidad de contarse sus historias unos a otros, se condensaron muchos interrogantes y cuestiones abiertas. Como se desprende, por ejemplo, de la historia de dos padres sicilianos que durante años se vieron obligados a ocultar las elecciones de su hijo, cuando la situación se hizo explícita, fueron invitados de una manera más o menos clara a mantenerse a los márgenes de la comunidad. Más con miradas y actitudes que con palabras.
Sólo en los últimos años, en el nuevo y acogedor ambiente deseado por el Papa Francisco, ha sido posible reconstruir los hilos de relaciones que, según informan los padres, siguen siendo complejas, siempre en un equilibrio precario. “Y experimentamos las mismas dificultades en el ambiente laico“.
Esta situación también ha sido subrayada por muchos otros padres de diferentes diócesis, lo que confirma que entre el Norte y el Sur, especialmente en la provincia profunda, las diferencias en la acogida de la diversidad no son tan grandes. Sin embargo, de los padres con hijos homosexuales llegó la petición de que no se les dejase solos, de ser reconocidos como hermanos por las comunidades, de recibir ayuda para ofrecer a la Iglesia su compromiso y su disponibilidad.
Texto original: I genitori con un figlio gay alle comunità cristiane: «Non lasciateci soli»
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