“¿Dónde estás? ¿Y dónde está tu hermano? Las palabras del arzobispo de Palermo para el Día Internacional de la superación de la homotransfobia
Intención de oración del arzobispo de Palermo (Italy) Corrado Lorefice, escrita con motivo del Día Internacional para la superación de la Homotransfobia (17 de mayo de 2020)
El año pasado, el Papa Francisco habló de la aparición de nuevas opresiones “típicas del nazismo con sus persecuciones contra judíos, gitanos, personas de orientación homosexual”, resultado de la cultura del rechazo, que “junto(s) con otros fenómenos psicosociales extendidos en las sociedades del bienestar, muestran una seria tendencia a degenerar en una cultura de odio”. Y añadió “Es necesario estar alerta, tanto en el ámbito civil como eclesial, para evitar cualquier posible compromiso – que se supone involuntario – con estas degeneraciones” (Discurso, 15 de noviembre de 2019).
En tiempos de crisis, más aún en un período de cambio como el nuestro, cada sociedad produce chivos expiatorios y “la violencia bestial explota a través del contagio mimético” (R. Girard).
La celebración de este Día Internacional para la superación de la homofobia contribuye a difundir un mensaje de paz, perdón y reconciliación para que cada Rostro humano sea reconocido y aceptado.
Escuchemos y abrámonos al “dialogo original”, para responder a la primera pregunta que Dios hizo al hombre: “¿Dónde estás? ¿Y dónde está tu hermano, aquel que dejaste de lado, que descuidaste, que eliminaste?“.
El Rostro del otro nos representa, nos habla, nos hace reconocer, nos hace ser persona. Nos hace ‘responsables’, nos recuerda que somos relaciones, llamados a acogernos con ternura, los unos a los otros, a ser hermanos que cuidan y no opresores.
En este tiempo de pandemia, las distancias impuestas nos invitan a sentir “curiosidad” por el Rostro del hermano (ser rescatadores); a sentir “curiosidad “por el verdadero Rostro de Dios (ser adoradores), a menudo tergiversado también en nombre de las afiliaciones religiosas.
En la vida de Jesucristo encontramos solo bondad, inocencia, mansedumbre, cercanía, evangelio (buenas noticias). Él derrota el odio con amor, la violencia con mansedumbre, la indiferencia con el cuidado del otro. Estos sentimientos, que caracterizan a Jesús, revelan el Rostro misericordioso de Dios, que es compasión.
No se trata de hacer algo difícil o nuevo. Todos estamos llamados a ser artesanos de una cultura de hospitalidad y compasión. Rescatadores tenaces y verdaderos adoradores.
Palermo, 6 de mayo de 2020
+ Don Corrado Lorefice