El teologo Vito Mancuso y las “Perspectivas teologicas sobre el amor homosexual”
Transcripción de la conferencia “Perspectivas teológicas sobre el amor y su ejercitación a través del afecto” del teólogo Vito Mancuso* que ha tenido lugar en el Segundo Foro de los Cristianos Homosexuales Italianos (Roma, 30 de marzo al 1 de abril de 2012), hecha por Lidia Borghi, transcripción no revisada por el autor, traducido por Bernardo Viteritti – ajuste de la traducción por Roberto Tronelli.
Voy a decir las cosas y estoy seguro de que la mayoría de estas cosas, probablemente todas las cosas que voy a decir, ustedes ya las saben, pero yo trato de poner orden, sistematizar, y la forma en que los contenidos se poseen, muchas veces, es aun más importante que el contenido en sí. Una de las tareas del pensamiento, ya lo decía Aristóteles y Tomás de Aquino reafirmaba, es justamente ordenar e yo intento hacerlo con esto.
El título que Andrea (del grupo Nuova Proposta di Roma) –a la que agradezco la confianza por haberme llamado para que exponga -, me había propuesto en el primer momento era el siguiente: “Las perspectivas teológicas para la aceptación (bienvenida) y la inclusión de las personas homosexuales y transexuales en la iglesia en camino”. Este era el tema que me había asignado. Yo elegí otro… no porque no quiera de enfrentarme con este tema propuesto, sino porque creo que la primera forma de la aceptación y la inclusión es la comprensión, la inteligencia.
El primer lugar… el primer lugar desde donde se produce la aceptación es en la mente, la mente… y luego en el corazón. Si no se demuelen las barreras de la mente, se hace muy difícil demoler las barreras del corazón y es por eso… y es por eso – ya me decía Andrea- que a nuestra iglesia durante siglos y siglos y aún hoy le cuesta mucho aceptar el amor homosexual.
No es por malicia, es precisamente por esto… por algunos bloqueos mentales… por algunos problemas mentales, por algunas cosas, especialmente dos, que voy a tratar de abordar. Por lo tanto, sin conocimiento, sin la luz del conocimiento, no se pueden aceptar ciertas cosas. La ignorancia engendra el contrario de la aceptación, o se tiene una aceptación de clase B, de clase C, una aceptación que huele a tolerancia… ¿Entienden lo que quiero decir?
Así que es por eso que he elegido esta mañana con ustedes, para hacer frente a las dos objeciones más fuertes que existen entre los cristianos contra el amor homosexual. Son dos objeciones y las dos son muy fuertes, muy arraigadas. Entonces cuáles son estas dos objeciones, que cosa dicen y porque, según mi opinión, se pueden y se deben superar. Esto es lo que trataré de hacer.
La primera es la objeción en nombre de la naturaleza, de la na-tu-ra-le-za , la segunda es la objeción en nombre de la Biblia.
La primera y digamos es más preeminente en los ambientes católicos, la segunda es preeminente en los ambientes protestantes. Pero los dos ámbitos, católico y protestante, frecuentemente se encuentran unidos y por lo tanto en el ámbito católico también hay objeciones al amor homosexual justamente en nombre de la Biblia y me imagino que incluso en los ambientes protestantes se puede hacer objeciones en nombre de la naturaleza.
Entonces a continuación, voy a proceder en estos términos…explayándome en primer lugar, sobre la objeción que proviene de la naturaleza, de la llamada ley natural, y en segundo lugar la objeción esgrimida en nombre de la Biblia. Finalmente daré mis conclusiones.
Pues bien, la objeción del amor homosexual en el nombre de la naturaleza es la gran objeción del Magisterio eclesiástico y lo es para la teología oficial de la que depende. Ellos dicen, ¿qué dicen?
Dicen lo que sigue: “Es un hecho ineludible de la naturaleza que se impone a la conciencia de cada persona justa.” Habla de un-ineludible-información-de la naturaleza, que se impone, se impone hasta el punto de convertirse en ley, una ley natural.
Y esa ley establece que el varón busque a la mujer y que la mujer busque al varón, y determina que cualquier otra búsqueda de afectividad es antinatural y por lo tanto inmoral. O sea Lo que no es natural es necesariamente inmoral. ¿Esto es una objeción de poco valor?
No, no es una objeción de poco valor, no lo es, ya que la vida prolifera de la misma manera con respecto al ser humano desde el homo sapiens, hace doscientos mil años y se propaga de esta manera desde hace millones de años, si tenemos en cuenta a los otros … a los homínidos por ejemplo, y para miles de millones de años, si tenemos en cuenta los seres vivos; excluyendo aquí a las bacterias que se reproducen asexualmente, el resto de todas las especies de seres vivos se reproducen exactamente de esa manera, con la unión sexual entre macho y hembra.
Cada uno de nosotros aquí presentes, vino al mundo de esta manera, gracias a un encuentro, esa noche, esa mañana… Yo cada tanto pienso en ello: ¿quién sabe mis padres cuando lo hicieron, cómo lo hicieron? Cada uno de nosotros ha venido al mundo así.
¿Cómo contestar a esta objeción? Yo pensé en ello…He pensando que estamos en primavera, además de tener la suerte que hoy tenemos un hermoso día de primavera, por lo que quisiera partir del significado profundo del término primavera y de su conexión con la palabra verdad. Reflexionar sobre la primavera nos puede ayudar a entender cómo la identificación de la naturaleza, con la necesidad y con la ley -naturaleza=necesidad=ley que se impone- la identificación de la naturaleza con la necesidad y con la ley es incompleta y por lo tanto, equivocada. ¿Cómo se dice primavera en latín?
Mientras veníamos hacia aquí… cuando estábamos en el coche, me dijeron que Albano Laziale… me lo decía Franco… compite con Roma con respecto a los restos arqueológicos de los antiguos romanos; es muy apropiado proponer aquí, hablando en italiano, que es la continuación natural del latín… la siguiente pregunta, ¿nuestros padres como decían cuando querían decir primavera?
¿Cómo se dice primavera en latín? En latín primavera se dice “ver”, genitivo “Veris”, “ver/veris” tiene la misma raíz de donde viene el adjetivo ” verus-vera-verum”, del cual viene el ‘adverbio “verdadero”, del cual viene el sustantivo “Veritas / Veritatis”, o sea verdad..
Esta estrecha conexión primordial entre verdad y primavera nos hace comprender que la verdad, es lo que hace que la vida florezca, lo que permite a la vida pasar desde el frio del invierno al tibio calor de la primavera del cual emerge la vida. Verdad=vida, verdad=lógica de la vida, verdad=primavera. En efecto, ¿estamos en presencia de una ley natural?, por supuesto; ¿es esta la ley natural?
Sí, es una ley natural pero no es una ley natural en el sentido de nomos/norma, es una ley en el sentido de logos/lógica. Nomos/norma es una ley que te encarcela, que te encadena a la necesidad natural, que te dice “es así y no puede ser de otra manera, tienes que hacerlo así.”
Logos/lógica es una ley dinámica, que te pone en el seno del constante proceso evolutivo de la vida y que te hace florecer, prosperar, hace que florezcas como parte del mundo, que viva dentro tuyo la primavera, la estación de la primavera, la de la floración, es decir de vínculos y que, más allá de la dimensión simplemente estacional y temporal, se da como una dimensión constitutiva para los seres humanos.
Constitutiva de cada uno de nuestros eventos, acciones. Entonces, incluso en pleno invierno, también el cuatro de noviembre, o si lo desean el dos, es aún más… podemos florecer y florecemos, tenemos los aspectos de primavera, digamos de esta dimensión de una ley natural que es logos/lógica.
Porque, vean, cuando hablamos de la vida, especialmente cuando hablamos de vida humana, nos equivocaríamos, nos equivocamos – mejor eliminemos el condicional – digamos nos equivocamos, si sólo pensamos que la vida es “bios”; aquí encontramos que nos viene en auxilio otra gran lengua clásica, el griego antiguo: los antiguos griegos cuando hablaban de vida sabían bien que no tenían que tratar la vida únicamente como “bios”, tanto es así que en griego antiguo para decir vida hay tres términos, no sólo uno: existe la vida “bios” o sea la vida biológica, la vida de aquellas palmeras que veo allí y la de los olivos, pero vida en griego se dice también “Zoe”, y es la vida animal, la vida de Zoología, y nosotros somos vida biológica pero también vida animal; también la vida en griego antiguo se dice: “psyque”, y es la vida psíquica, la vida del carácter, del temperamento, de las emociones, de los sentimientos. Pero el fenómeno humano continúa.
No es sencillamente y solo la vida biológica, la vida animal, la vida psíquica, también se le agrega la vida como “logos”, que es la vida de la mente, la vida racional, la planificación de la vida, el cálculo y llega a ser “nous”, “noesis”, “nous “, que es intelecto y también espíritu, que es la dimensión de la libertad, dimensión de la libertad que significa que estamos tanto determinados por nuestra biología, como por nuestra zoología, como por nuestra psicología, pero no a tal grado como para estar limitados de todo esto.
Nosotros a veces podemos ir más allá de todo esto y producir algo nuevo, crear, ser capaces de creatividad.
El amor es el momento más alto de la creatividad. Entonces en su sentido más radical, la verdad es congénita con la naturaleza, surge de la naturaleza, la objeción que se hace en nombre de la ley natural debe ser tomada en serio: no puede haber ningún pensamiento adecuado que se contraponga a la naturaleza.
Nosotros somos naturaleza. No hay ninguna manera de pensarnos en oposición, de pensar que podemos prescindir de la naturaleza, lo que yo he puesto de relieve es que esta ley natural no es una norma que congela el fenómeno humano en la “bios”, sino que es una ley que favorece a la lógica de la relación armoniosa, para que el fenómeno humano pueda florecer en todos los cinco aspectos constitutivos hasta llegar a la creatividad, a la libertad de la vida espiritual.
Creo que esta es la verdadera ley de la naturaleza, esta armonía relacional que hace florecer la vida en todos sus aspectos.
Una observación al respecto: Ahora voy a decir cosas sobre las que no se si están de acuerdo o no, después tendremos un debate, pero les digo mis ideas, de la manera a la que estoy acostumbrado de hacerlas en cualquier ámbito y en cualquier situación, sin cambiar mis pensamientos por los interlocutores, con profundo respeto por las convicciones de mis interlocutores: yo personalmente no tengo ninguna duda sobre que la relación fisiológicamente correcta sea la de la complementariedad de los sexos, varon+mujer y mujer+varón.
Pero, ¿qué quiere decir fisiológicamente correcta? Esto significa que existe efectivamente un “logos”, una “ratio” (relación), una lógica dentro de la “physis” (naturaleza), en el seno de la naturaleza y que existe una afirmación e innegable reconocimiento de la naturaleza al respecto…
Los ejemplos ya los he hecho antes, en definitiva, a partir del hecho de nuestra presencia aquí… Por otra parte, para nosotros cristianos hay también un señalamiento bíblico explícito en Génesis 1, 27 (“…los creó macho y hembra…”) y también en muchos otros pasajes del Nuevo Testamento, y así sucesivamente, con relación al primer punto del problema; respecto al segundo punto del problema, tampoco hay dudas, sin embargo, que el fenómeno de la homosexualidad existe, se da, siempre ha existido, siempre se dará, tanto en los seres humanos como en los otros seres vivos, por lo tanto estos son los dos puntos que deben ser considerados en conjunto: existe una fisiología subyacente y existe una variante con respecto a dicha fisiología.
La pregunta es: ¿cómo definir tal variación? ¿Cómo la definimos? ¿Cómo discrepancia? ¿Cómo alteridad? ¿Cómo alteración? ¿Cómo transgresión?
Normalmente la historia y no sólo la historia, también la crónica, la crónica de los periódicos en nuestros días, presenta dos interpretaciones, normalmente superadas por la ciencia, superadas por la…pero hablando en términos corrientes, todavía hoy, dos son las interpretaciones: enfermedad y pecado. Con la variante de que puede ser una cosa o la otra, o ambos.
En mi opinión ninguna de las dos son convincentes y se debe trabajar a nivel de pensamiento, el pensamiento es importantísimo, trabajar sobre la cultura, trabajar sobre las ideas, es fundamental, es importantísimo para que una sociedad – y no sólo una sociedad – pueda tener un efectivo y real progreso.
Así que tenemos que trabajar para derrotar de este modo de pensar, que aun hoy sigue siendo el de la gran mayoría, de que la homosexualidad es o una enfermedad o un pecado. Muchas veces no se lo dice puesto que se sabe que decirlo no es algo “políticamente correcto”, pero creo que puedo afirmar – aunque no soy un experto al respecto – que en las convicciones más profundas de nuestra cultura se encuentran esas convicciones, y es necesario trabajar para superar esta creencia, porque la homosexualidad no es una enfermedad de la cual alguno se pueda sanar y mucho menos un pecado que se comete voluntariamente.
Existe el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1986, según el cual la homosexualidad es una manifestación del pecado original. Ustedes pueden leer este documento, firmado por el entonces prefecto Joseph Ratzinger…
El párrafo 6 dice: “El deterioro debido al pecado continúa creciendo en la historia de los hombres de Sodoma. No puede haber ninguna duda sobre el juicio moral expresado en el mismo, contra las relaciones homosexuales”.
En este sentido, yo estoy totalmente en contra de este punto de vista. Lucho, lucharé, pero el problema sigue existiendo, nos preguntamos: ¿qué cosa es entonces? ¿Como la definimos a esta variante? Es importante…
¿Cómo definir esta variante, este otro suceso? Yo pienso que esta es una tarea que cada uno de ustedes debe hacer por sí mismo. Yo no tengo ningún título para hablar de ello.
Solo digo: aquellas… dos posibilidades… aquellas dos posibilidades: pecado o enfermedad son inaceptables, tienen que ser superadas y es un trabajo de ustedes, es un trabajo de los que piensan de esta manera… y de quien las vive y de los que piensan hacerlas realidad.
Yo me limito a decir dos cosas al respecto. En primer lugar, esta situación se impone a la persona, no es una elección. Luego ustedes me dirán si es verdad o no lo que yo digo…, pero no hay elección por su parte, de la misma manera como los heterosexuales no eligen ser heterosexuales; es la naturaleza que nos impulsa y hace surgir de adentro nuestro esta atracción, de la cual a veces somos incluso víctimas.
Si pienso en las primeras manifestaciones de mi sexualidad, de mi atracción por las mujeres, tengo que decir que muchas veces son dolorosas estas situaciones de dependencia.
Aparecen necesidades desde este punto de vista, hay algo que se impone, hay algo más fuerte que nosotros que se nos impone.
En segundo lugar: este estado de ningún modo debe ser negado, reprimido, silenciado. Yo me limito a decir estas cosas y agrego esta pregunta: ¿este estado puede ser sublimado?
¿Se puede sublimar? Lo percibo, soy consciente de ello, pero no lo ejército de forma activa, lo sublimo. ¿Puede ser? Sí, creo que sí. La espiritualidad cristiana tiene ejemplos muy claros de la sublimación de la sexualidad, tanto heterosexual como homosexual.
Algunas de las mejores personas que conozco – no todas las mejores personas que conozco – pero algunas de las mejores personas que conozco son personas que han sublimado esta fuerza de la sexualidad que actúa en ellos, en función de un amor más grande.
Incluso en el último libro que ha llegado a las librerías del cardenal Martini (Carlo María Martini) en un diálogo con Ignacio Marino – “Creer y saber”, publicado por Einaudi (editorial) – incluso ahora el cardenal Martini reitera su profunda convicción según la cual la fuerza de la sexualidad puede ser sublimada en función de un amor más grande. Y por lo tanto la respuesta es sí, y esto por supuesto se aplica por igual a los homosexuales como a los heterosexuales.
A diferencia de otras especies, justamente por el mismo hecho de que nosotros no son sólo “bios” y no somos sólo “zoe”, para aquellos que son sólo “bios” y “zoe”, o sea los animales, no existe esta posibilidad de la sublimación, puesto que el impulso sexual se convierte en una compulsión.
Puesto que nosotros podemos llegar a ser “nous”, la etapa más alta de la vida humana, liberándose la creatividad espiritual, es exactamente por ello que podemos sublimar la energía sexual.
Esto vale para todo el mundo y por otra parte esto no significa que la condición homosexual deba ser necesariamente sublimada, como quiere el Magisterio actual de la Iglesia.
Esto se puede hacer, pero no tiene por qué ser necesariamente así. La sublimación de la sexualidad no puede imponerse a nadie, ni a los heterosexuales ni a los homosexuales. ¿Por qué? Porque somos pasión.
¿Cuál es nuestro ser… del punto de vista emotivo, cual es la característica que en última instancia, nos define? En mi opinión – después cada uno puede responder a su manera – pero en mi opinión es justamente la pasión. Somos pasión. La inteligencia, la voluntad, el instinto, todo ello… en última instancia, convergen, se une, y son definidos por nuestra pasión y nuestro ser pasión naturalmente puede ser destructiva, pero una cosa es segura: si se apaga la pasión se apaga la vida. Entonces, si la sublimación está en función de una pasión superior está bien. Si la sublimación está en función del apagado de la pasión, es malo y debe ser combatido.
Miren, esta es mi modo – no sé si lo logré – esto es la esencia del primer punto de mi intervención: hay una objeción en nombre de la naturaleza, esta objeción es seria, no es una objeción ridícula, tiene un fundamento preciso, pero se supera en la medida en la que se comprende que la ley de la naturaleza no es una norma que se impone al sujeto como algo que lo aplasta, y lo define únicamente en función de su ser biológico y zoológico o de ser en función de la reproducción… No es, no es una ley que se impone en estos términos, sino que esta ley natural, para los homo sapiens, se da ante todo como el florecimiento de todos los niveles de vida, de todos ellos, el principal de los cuales, el más alto de los cuales es la vida como “nous”, como espiritualidad y por lo tanto, se ajusta a la verdadera ley de la naturaleza que hace florecer la vida del individuo, del individuo concreto, del individuo singular, concreto en todos sus aspectos.
Ahora voy a referirme a la segunda objeción, que en nombre de la Biblia…
Pero mejor antes veremos más explicaciones sobre los 5 términos griegos de la palabra ” VIDA”.
“Bios”: vida biológica, la vida vegetal.
“Zoe”: la vida animal, que la de la reproducción, la alimentación.
“Psique”: que es la vida psíquica; el carácter, las emociones, el temperamento… cada uno de nosotros tenemos nuestro propio carácter: algunos somos alegres, otros somos muy alegres, algunos son insatisfechos, unos brillantes, otros son magnánimo, cada uno de nosotros tiene su propio temperamento,
“Logos”: la razón que calcula que proyecta…, la razón, la vida de la mente como razón. Existe al respecto, un libro maravilloso de Hannah Harendt, “La vida de la razón”…
“Nous”: que normalmente se traduce como el intelecto y en él se distingue el intelecto activo y el intelecto pasivo, pero que en este ámbito de análisis y perspectiva es aún más justo traducirlo como “espíritu”, la vida del espíritu, o sea la capacidad de creatividad, la habilidad proponer, de imaginar, admitir algo nuevo, porque si nosotros nos detengamos en nuestro ser en la dimensión de ”bios”, de “Zoe”, de la “psique” e incluso del “logos”, simplemente repetimos la estructura, la estructura que nos ha originado y se puede transgredir la estructura, modificarla, hacerla progresar, revolucionarla, sólo rompiéndola, para poder poner estructuras más grandes y mejores, más abiertas, debido a que existe esta quinta dimensión de la mente y de la vida humana que es la dimensión de la creatividad.
Las objeciones en el nombre de la Biblia. Dicen que la palabra de Dios condena explícitamente la actividad homosexual, no condena la tendencia, pero condena sin apelación a toda práctica activa, por así decirlo, del amor homosexual. ¿Es una objeción de poca importancia? No, no es una objeción insignificante, para aquellos que son cristianos y desean tomar en serio a la Biblia.
Hay textos bíblicos muy explícitos al respecto. Seguramente los conocen, así y todo leeré algunos, por ejemplo el Levítico. Levítico 18:22: “No te acuestes con un hombre como se hace con una mujer, es abominación.” Entre otras cosas esta prescripción se encuentra entre dos condiciones que son, uno: el infanticidio y, en segundo lugar: la bestialidad. Entiendan ustedes que nos movemos en terrenos de alta peligrosidad. ¿Y si uno lo hacía?
Levítico 20:13 dice: “Si uno tiene relaciones sexuales con un hombre como con una mujer, ambos han cometido abominación. Ellos deberán ser ajusticiados. Su sangre caerá sobre ellos”. Uno podría pensar que estos son los pasajes del Antiguo Testamento, y que se resuelven en el Nuevo Testamento. Uno lo piensa así, pero se ocupa el Vaticano, con un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aquel que se menciona más arriba, de aclarar sobre el asunto. Ahora voy a hacer una larga cita de este documento.
Por otra parte San Pablo también ofrece la misma doctrina, enumerando entre los que no entrarán en el reino de Dios, a los que practican la homosexualidad. En la primera epístola del apóstol San Pablo a los Corintios 6:9 dice: “No se dejen engañar, ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los depravados, ni sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios “.
El documento del Vaticano continúa: “En otro pasaje de sus cartas, basándose en las tradiciones morales de sus antepasados, se presenta el comportamiento homosexual como un ejemplo de la ceguera en que ha caído la humanidad.”
Y a continuación hace referencia a Romanos 1:18-32, especialmente el versículo 27 que dice: “Del mismo modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia de unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos de hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo merecido por a su extravío. ”
Y luego también se mencionó – antes – Timoteo 1:10, donde incluso aquí hay una lista en la que, en medio de los sacrílegos, de los profanadores, de los parricidas, de los matricidas, de los asesinos, de los fornicadores, de los mercaderes de hombres, de los esclavistas, a los mentirosos, etc., entre todos estos también están a los que son definidos como sodomitas. ¿Entonces que decir sobre ello?
El documento del Vaticano es correcto y la objeción es una objeción pertinente y no hay ninguna escapatoria a través de una exegesis, en mi opinión, en cuanto se basa en estos textos, de los que no se puede negar que se oponen explícitamente, diría yo, con una carga altamente agresiva al amor homosexual. ¿Y Jesús?
¿Cuál es la actitud de Jesús, qué cosa dice al respecto? Jesús no dice nada. Señalan los expertos, los académicos, que Jesús sobre el tema del amor homosexual no dijo una palabra. Realmente no dijo una sola palabra… ¿Y entonces?
Entonces es muy curioso ver cómo, dependiendo del punto de vista se pueden afirmar distintas hipótesis. Hay exegetas (estudiosos de las escrituras) que dicen: “¿Ven? Jesús no dijo nada. ¿Y entonces? Entonces dicen que es evidente que Jesús acepta en esto el enfoque tradicional del judaísmo, comparte la condena puesto que no dijo nada. Cuando Jesús no estaba de acuerdo, lo decía. No haber dicho nada, significa que está de acuerdo. Quien se calla consiente. De hecho, si ustedes leen el libro cuyo título es “La homosexualidad en la Biblia”, publicado por la editorial San Paolo, encontrarán exactamente este punto de vista.
Por el contrario, hay otros teólogos que dicen que el silencio de Jesús debe ser entendido no como un consenso con respecto a la perspectiva tradicional, sino como una suspensión del juicio.
Les leo las palabras de Giannino Piana, que es un teólogo moral que ha escrito un libro sobre el tema que estamos debatiendo: “Este es un elocuente silencio que no puede dejar de sorprender y debe tenerse muy en cuenta. Tal vez justo de esto tendría que tomar nota el Magisterio de la Iglesia para reformular su posición sobre la homosexualidad y más en general sobre todas las temáticas conexas al ejercicio de la sexualidad. ”
O sea, Giannino Piana dice: “Tomen ejemplo, queridos obispos, queridos cardenales, de Jesús, guarden silencio sobre este asunto, no digan nada y dejen que cada uno determine…”
Entonces, ¿qué cosa tenemos que pensar? ¿Qué cosa pensar? ¿Cómo comportarnos como creyentes con relación a los textos del Antiguo Testamento, con los del Nuevo Testamento, con el silencio de Jesús?
Seguramente todos ustedes conocen, estoy seguro que todos ustedes la conocen, porque es muy hermosa, esta página que les voy a leer, la habrán leído, o la han hecho leer a otros. Data de hace más de diez años, es de los Estados Unidos de América, pero conserva su brillo, es una página llena de ironía que ayuda a entender cómo salir del laberinto de los preceptos bíblicos.
Como decía la historia tiene lugar en Estados Unidos y comienza cuando una famosa conductora de un programa de radio que se llamaba – en realidad se llama, porque todavía es una dama … por lo menos, lo expresa la Wikipedia en Inglés, como que aún sigue viva y activa – Dra. Laura Schlesinger, nacida en Nueva York en 1947, de padre judío y madre italiana y era en ese tiempo era una judía observante -adherente al judaísmo ortodoxo – en una de sus transmisiones, basándose en Levítico 18:22, afirma que la homosexualidad es condenada como una abominación por la Biblia y por lo tanto no puede ser tolerada bajo ninguna circunstancia.
Según esa lectura de las cosas, el pasaje de la biblia es claro. No hay ninguna exégesis, no existe posibilidad de la traducción diferente, ese pasaje es claro, basta leerlo, se toma conocimiento, se lee y se termina la discusión. Con ello quién quiera ser un cristiano y también un judío coherente no puede sacar otra conclusión.
Algún tiempo después, un oyente escribe la siguiente carta que ahora les voy a leer, me imagino que muchos de ustedes, creo que todos ustedes la conocen:
“Estimada Dra. Schlesinger, le escribo para agradecerle su labor educativa en las leyes del Señor. He aprendido mucho de su programa, y yo trato de compartir ese conocimiento con mayor cantidad de gente posible. Ahora, cuando alguien intenta defender el estilo de vida homosexual, simplemente les recuerdo que el Levítico 18:22, establece claramente que es una abominación. Fin de la discusión. Sin embargo, necesitaría algunos consejos de usted, con relación a otras leyes específicas y cómo aplicarlas.
Primero: Me gustaría vender a mi hija como esclava, como aprueba Éxodo 21:7. ¿Cuál cree usted que sería un buen precio de venta?
Segundo: Cuando en el altar de los sacrificios enciendo un fuego y quemo un toro, lo sé por las Escrituras que se produce un aroma agradable al Señor (Lev.1.9). El problema es con mis vecinos: ellos, los blasfemos, sostienen que el olor no es agradable. ¿Debo darles una paliza?
Tercero: sé que puedo tener contacto con las mujeres sólo cuando no tienen la menstruación (Lev.15: 19-24). El problema es ¿cómo se los pregunto? Muchas mujeres se ofenden.
Cuarto: Los versículos en Levítico 25:44 dicen que puedo poseer esclavos, tanto varones como mujeres, siempre que sean adquiridos en naciones extranjeras. Un amigo mío asegura que esto se puede aplicar con los filipinos, pero no con los franceses. ¿Me podría aclarar? ¿Por qué no puedo poseer esclavos franceses?
Quinto: Tengo un vecino que insiste en trabajar el sábado. Éxodo 35:2 dice claramente que debe ser condenado a muerte. ¿Estoy moralmente obligado a matarlo yo mismo?
Sexta: Un amigo mío siente que aunque comer mariscos es considerado una abominación (Levítico 11:10), esto lo es menos que la homosexualidad. Yo no estoy para nada de acuerdo. ¿Puede usted aclararme este punto?
Séptimo: También en el versículo del Levítico 21:20 dice que no se puede acercar al altar de Dios si se tiene una visión defectuosa. Tengo que admitir que uso anteojos para leer… ¿Mi agudeza visual tiene que ser necesariamente 10/10 o hay algún margen de maniobra en esta lista?
Octavo: Muchos de mis amigos varones suelen cortarse el cabello, incluso los que están cerca de las sienes a pesar de que esto está expresamente prohibido por la Biblia (Levítico 19:27). ¿Cómo deberían ser condenados a morir?
Noveno: Todavía en el Levítico (11:6-8), se dice que tocar la piel de cerdo muerto me convierte en impuro. ¿Para jugar al fútbol me pongo guantes? (recuérdese que muchas pelotas estaban fabricadas con piel de cerdo)
Décimo: Mi tío tiene una granja. ¿Faltó al Levítico. 19:19, dado que plantó dos tipos distintos de verduras en el mismo campo? ¿Lo ha violado también su esposa, ya que usa vestidos hechos con dos tipos diferentes de tejido?
Con las personas que yacen con los consanguíneos, ¿es realmente necesario que me tome la molestia de reunir a todos los habitantes de la ciudad para que esas personas sean lapidadas según lo prescrito por las Escrituras? ¿No podríamos sencillamente incendiarles las casas mientras duermen como simpáticamente se aconseja en Levítico 20:14?
Sé que usted ha estudiado estos temas en profundidad, por lo que estoy seguro que usted podrá contestar a estas sencillas preguntas. Aprovecho la ocasión para darle las gracias por ser así severa en el recordarnos a todos nosotros que la palabra de Dios es eterna e inmutable. Siempre suyo. Un admirador devoto. ”
Creo que alguien podría argumentar…si estuvieran aquí algún teólogo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, podría hacer esta objeción: “Pero Mancuso, estos textos pertenecen al Antiguo Testamento. Son claramente superados por los textos del Nuevo Testamento, pero los textos de San Pablo siguen condenando categóricamente la temática de la homosexualidad…
Ahora, sin embargo incluso con los textos de San Pablo pueden nacer problemas similares; alguien por ejemplo, puede escribir a la doctora, citada anteriormente, para pedir explicaciones sobre política con referencia a Romanos 13:1.
Romanos 13:1 dice, “No existe autoridad si no proviene de Dios, y las que existen han sido establecidas por Dios”. Si reflexionamos un poco sobre todos los gobiernos, los gobiernos italianos… ¿podemos asegurar que todos ellos han sido establecidos por Dios?
Se podría pedir una explicación sobre la relación con los animales con referencia a Filipenses 3:2, cuando San Pablo dice “Cuidado con los perros”. En qué sentido tengo que tener cuidado con los perros? ¿Tengo que ponerles un bozal a todos, llevarlos a la perrera?
Se podrían pedir explicaciones sobre la dignidad de la mujer a propósito de la Primera Epístola a los Corintios 11:10, donde se lee: “La mujer debe tener sobre su cabeza el signo de su sujeción (al hombre) por respeto a los ángeles.” Y de hecho, yo era aún un niño y todavía recuerdo a las mujeres en las iglesias que utilizaban el velo… Cuando entraban en la iglesia mi abuela… a mi mamá no me la acuerdo, pero mi abuela sí, con el velo. Su uso proviene de este versículo.
Se podrían pedir explicaciones sobre Efesios 5:23-24: “…porque el marido es cabeza de la mujer así cómo Cristo es la cabeza de la iglesia y salvador de su cuerpo. Y como la Iglesia está sujeta a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo”. Por lo tanto… son muchas las cosas… entre otras… que se podrían preguntar hoy en día cómo objeciones a San Pablo tanto como a otro pasajes del Nuevo Testamento.
Ahora se entra en juego una hipótesis con relación a las cosas relacionadas con el posicionamiento. ¿Cuál es la cuestión? La cuestión es que debemos superar la letra de la escritura.
Es el mismo San Pablo que dice en 2 Corintios 3:6: “…la letra mata el espíritu da vida…” La letra mata, y que el tomar a la biblia al pie de la letra ha matado y lamentablemente sigue matando, y a veces no sólo moralmente sino también físicamente, es un dato de la realidad.
La Biblia no es la Palabra de Dios, la Biblia contiene la Palabra de Dios. Dios no es un gran viejo de barba blanca que dice palabras… ¿Cómo las diría? ¿En árabe, en griego, en hebreo, en latín? ¿Cómo las diría? ¿Hoy en inglés?
Esta palabra es ese logos/lógica que hace florecer la vida, esa es la-palabra-de-Dios, esa primavera que hace que la vida florezca, la energía que acompaña a todo fenómeno vital que hace posible el florecimiento.
Y entonces, en la medida en que tú te pones al frente de la escritura, tu eres un creyente, que recoge las páginas de los Evangelios, las páginas del Antiguo y del Nuevo Testamento, te pones delante de esta Escritura y encuentras … haces surgir de esta Escritura, – no de todos los pasajes bíblicos porque algunos son irrecuperables -, pero de algunos pasajes florecer esta lógica/logos de la vida, que florece y que quiere relaciones armoniosas, que desea amor, entonces tu harás surgir la palabra de Dios entendida como una relación, una relación armoniosa
Si por el contrario esto no sucede, la letra se convierte en una enorme jaula dentro de la que la mente, el corazón y la vida de las personas están encerrados.
Concluyendo… He respondido de esta manera a la segunda objeción, haciendo entender que uno: sin mistificar los textos… Es cierto que los textos dicen esto, pero hay otros que dicen cosas que hoy en día son impresentables.
¿Quieres algunos ejemplos? Vayan y lean la carta de la Doctora Schlesinger. Entonces, ¿qué debo hacer? ¿Ya no es más la palabra de Dios la Biblia? No, la Biblia la contiene y yo les he explicado en qué sentido.
Concluyo diciendo que: en mi opinión, sobre la cuestión de la condición homosexual y del amor homosexual, hay dos extremos, que debemos evitar: por un lado, el de negar la dignidad de la condición homosexual considerándola una enfermedad y una perversión, esto es un extremo y en el que centré el desarrollo en esta charla, y está el otro punto, sobre él que no me centré dado que el tiempo disponible es el que es, y es aquel de hacer de la condición homosexual el punto de vista privilegiado, si no directamente el único en base al cual se consideran a sí mismos y sus relaciones con el mundo.
Este es el otro extremo que en mi opinión debe ser evitado. Ustedes son cristianos, ustedes están aquí porque son cristianos y es como que existiría una tarea con relación a un cristiano que consiste en hacer comprender que la propia vida, la vida humana no es reductible a la sexualidad, no se puede identificar el misterio de la persona con su orientación sexual, cualquiera sea su orientación, hetero u homosexual.
Entonces si el primer extremo es degradante y mortificante con relación a la condición homosexual y debe ser superado, el otro extremo es excedido; es hacer de la condición de homo/heterosexual, o sea, la de la sexualidad, el punto de vista privilegiado en base al cual se piensa y ve el mundo.
En mi opinión esta postura es herrada. Este segundo punto de vista, comete el mismo error que el primero, el de pensar que la vida sea sólo “bios” y “zoe”, vida biológica y la vida animal y no es así.
La vida biológica y la vida animal son muy importantes. Sin la vida biológica y la vida animal no florece el alma, no florece la vida espiritual. Pero la dignidad fundamental de la gente es mucho más que la vida biológica y que la vida animal. Yo pienso que lo específico del ser cristiano en relación con la sexualidad consiste en una particular visión antropológica que considera en primer lugar que el amor es la dimensión decisiva del ser humano.
¿En qué cosa nos realizamos nosotros como seres humanos? En el amor. Y por otra parte, tal amor comprende también el espíritu, aun más el espíritu que el cuerpo, porque el amor vive la sexualidad, y está relacionado con todas las dimensiones del hombre, respecto al cuerpo, respecto a la psique y respecto al espíritu.
Gracias por vuestra atención.
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* Vito Mancuso, de 46 años, casado y con hijos, enseña teología moderna y contemporánea en la Facultad de Filosofía de la Universidad San Raffaele, de Milán. Ha obtenido el doctorado en teología en la Pontificia Universidad Lateranense (Roma).
El libro “L’anima e il suo destino [El alma y su destino]”, de Vito Mancuso, se ha convertido en un caso editorial, teológico y eclesial, en Italia y también fuera de ella. En pocos meses, “L’anima e il suo destino” ha tenido siete ediciones y ha vendido en Italia 80.000 copias, lo cual es muchísimo para un libro de teología.
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Texto original: Il teologo Mancuso e le “Prospettive teologiche sull’amore omosessuale e il suo esercizio mediante l‘affettività”